Había escuchado la frase "ajustar velas", pero hasta hace un rato que busqué sobre esto entendí mejor lo que significaba.
“Las velas son el motor de un velero y estas necesitan ajustarse para cada condición de viento y así conseguir que el barco navegue mejor. Cuando las velas están bien ajustadas puede correr más y aprovechar mejor el viento, navega con más seguridad y libertad”. Aunque literalmente no somos un velero, lo cierto es que nos hemos “echado al agua” emprendiendo y en medio de nuestro viaje, vamos pensando en cómo mejorar y mantenernos andando, siguiendo la intención con la que nacimos.
En esta semana hicimos un ajuste y dimos un nuevo paso, ¡nuestro sitio web! Algo que varios meses atrás veníamos pensando y que por diferentes razones no habíamos logrado hacer, pero todo tiene su tiempo y definitivamente Dios hila mejor que nosotros, así que gracias a que puso a una amiga en nuestro camino, estamos estrenando este lugar.
Con la página también vino algo nuevo en la forma en que trabajamos y bueno, eso en realidad es de lo que trata este primer artículo del blog!
Nos mudamos a un modelo de confección bajo pedido, lo que en esencia significa que cortamos, cosemos y planchamos cada prenda de nuestra colección en la talla y color que ustedes nos van solicitando, todo esto en nuestro taller en Guanacaste.
Cuando la marca nació, lo hicimos con un inventario listo, trabajamos con una suposición de la demanda de nuestros diseños y confeccionamos la mayor parte de nuestro stock de tela según esta proyección, cada prenda lista para ser enviada en el momento en que se hiciera una compra.
A medida que los meses fueron pasando, llegó la idea de movernos hacia un modelo de confección diferente, que, aunque trae nuevos retos para la marca, siento que es un cambio que nace alineado con nuestra visión y a la vez como parte de ese ajuste de velas en medio de lo que estos tiempos de pandemia nos han significado.
Y bueno, ¿qué motivó este cambio? Mayormente la intención de seguir llevando nuestra confección de una forma atenta y consciente, no solo a nivel operativo de nuestro negocio sino también de los recursos y el cuidado que queremos hacer de ellos.
Al trabajar cada pieza contra pedido, no caemos en una sobreproducción de nuestro inventario, sino que cortamos y cosemos cuando es necesario, es decir, cuando ustedes han decidido adquirir una de nuestras prendas, ahí es donde la magia empieza a ocurrir y llevarlo de esta forma nos permite tener los esfuerzos de nuestro taller mejor enfocados, así como a reducir el desperdicio que significa un exceso en las piezas producidas.
Por otro lado, a través de un sistema bajo pedido tendremos la posibilidad de ampliar el tallaje, tejidos y colores de nuestros próximos diseños, nos da mayor flexibilidad ya que no debemos predecir la demanda de cada colección y limitarnos a estos números. Esto me emociona porque trae un desafío creativo para mí, pensando en diseños y telas que puedan funcionar siempre juntas de modo que ustedes puedan tener más opciones en cada prenda.
Hemos estimado nuestro tiempo de confección en una semana, una vez que realicés tu pedido, estaremos poniéndonos manos a la obra para prepararlo lo más pronto posible. Dentro de nuestra colección Bravía aún tenemos prendas listas, así que si ese fuera el caso de tu compra, estaríamos notificando que la pieza estaría siendo enviada el mismo día o bien, al día siguiente de haber hecho tu compra.
Como consumidora sé que en estos tiempos lo que esperamos son respuestas rápidas o inmediatas, sin embargo, dar este paso con todo y sus acomodos para nosotros y ustedes, nos permitirá llevarles una mejor propuesta con cada colección y a la vez, permanecer conectados a la intención que nos vio nacer. Creemos en un modelo de producción y consumo más atento, más amable con las personas y el ambiente y en este cambio, nos vemos siguiendo ese camino.
Un abrazo,
Dani